A ver qué os parece este pensamiento:
Con los idiomas pasa lo mismo que con las relaciones amorosas.
Si queremos que funcione debemos tomar conciencia de nuestras debilidades, de nuestros propios conflictos interiores y asumir las responsabilidades de nuestros actos en vez de siempre echarles a los demás o a las circunstancias la culpa de nuestros fracasos. Si no lo hacemos, estamos condenados a volver a vivir siempre la misma historia.
Los principales obstáculos para aprender idiomas son de orden psicológico y emocional. Es hora de admitirlo. A nadie se le dan mal los idiomas por casualidad.